Cuando María fue visitada por Dios se puso en marcha inmediatamente hacia el encuentro de su prima Isabel, que la necesitaba.

Los encuentros con el Señor, las experiencias cercanas e íntimas de Dios, nos abren los ojos y nos capacitan para ver que, a nuestro lado, tenemos hermanos que nos necesitan, que precisan de nuestra compañía, cariño, capacidades, bienes….

Y a través de estos encuentros, también ellos descubren que Dios les visita. 

¡Preparemos el camino!

¡Aguardemos al Niño que va a nacer!

¡Mantengamos viva la Esperanza!